Las verrugas plantares, popularmente conocidas como «papilomas» son lesiones cutáneas producidas por el virus del papiloma humano. Suponen una consulta frecuente en nuestra clínica podológica PeSaúde. La mayoría de las personas son portadoras asintomáticas del virus y sólo el 2% de la población manifiesta síntomas. En la mayoría de casos, los más afectados son niños y adolescentes, personas de edad avanzada o inmunodeprimidas.

¿Cómo se contagian?
Para que un contagio se produzca, la persona tiene que estar en contacto con las partículas virales. esto se puede producir de dos formas:
- contacto directo: pie- verruga plantar.
- contacto indirecto: mediante objetos contaminados por el virus como el suelo, calcetines, zapatos o toallas.
«El virus del papiploma humano puede sobrevivir meses e incluso años en superficies»
Es necesario un microtraumatismo previo en la barrera epidérmica de la planta el pie, es decir, es necesario que la piel presente una herida que permita la entrada del virus. Esto ocurre a menudo en zonas de presión como el talón o las cabezas de los metatarsianos, ya que son regiones de aumento de microtraumatismos en la barrera epidérmica.
Una vez esto ocurre son 3 los escenarios posibles:
- Contacto con el virus →eliminación del mismo mediante mecanismos inmunitarios.
- Contacto con el virus →infección latente (1-20 meses de incubación).
- contacto con el virus → verruga plantar.
Con la verruga ya formada, y como resultado del desprendimiento normal del epitelio, las partículas virales se liberan y pueden transmitirse a las superficies donde el virus permanecerá hasta que un nuevo huésped lo recoja o se propague a sitios adyacentes en el mismo huésped (autoinoculación). Por lo tanto, una vez se desarrolla una verruga plantar, el huésped es susceptible de desarrollar verrugas adicionales.

Tratamiento
Existen numerosas opciones de tratamiento para las verrugas plantares. Cuánto más agresivo es un tratamiento más eficaz resulta a la hora de eliminar la lesión pero al mismo tiempo, mayor es el dolor y los efectos no deseados que puede provocar. En contraposición, los tratamientos menos agresivos, requieren de más sesiones y se prolongan mucho en el tiempo por l que la tasa de abandono es más alta.
Otros factores a tener en cuenta para elegir el tratamiento más adecuado son la edad del paciente, y el tamaño de la lesión
En nuestra clínica en Ponteareas, evaluamos cada caso y realizamos el tratamiento en función de las necesidades del paciente. Uno de los más empleados es la Cantaridina. Se trata de un producto vesicante, que consigue una alta tasa de éxito en un periodo corto de tiempo, además de ser poco doloroso.
¿Cómo prevenir el contagio?
Como ya hemos mencionado al principio del artículo, las verrugas plantares ocurren con mayor frecuencia en niños y adolescentes, aunque es raro que se presenten en niños menores de 5 años.
A pesar de esto, cualquier persona es susceptible de padecerlas por lo que hay que tener en cuenta las siguientes indicaciones para prevenir el contagio:
- Evitar compartir zapatos, calcetines, equipo y otros artículos personales sin lavar.
- Cambiar los calcetines a diario.
- Usar calzado de protección como chanclas o escarpines en duchas, piscinas o vestuarios públicos.
- Realizar una buena higiene personal.
- Ventilar el calzado.
- Limpieza de superficies si hay algún conviviente afectado por verrugas plantares.
- No usar cortaúñas o elementos de pedicura sin desinfectar.
- Controlar heridas o infecciones en la planta de los pies, ya que pueden ser vías de entrada para el virus.
Si crees que puedes estar contagiado de una verruga plantar, consúltalo con tu podólogo para que pueda ofrecerte el tratamiento que más se ajuste al caso.